PESAS VS MEDIDAS

La importancia de perder tallas y no peso

 

Una persona que ha perdido peso, pero sigue usando la misma talla de ropa, no ha logrado ningún tipo de resultado positivo para su cuerpo. Eso puede deducirse fácilmente al comparar un kilo de carne magra con un kilo de manteca; si lo observamos por un breve tiempo, enseguida notaremos que el kilo de manteca ocupa un mayor tamaño que la carne magra; significando que la grasa tiene una menor densidad que el músculo.

Muchas persona se obsesionan con la perdida de peso, sin tener en cuenta que el cuerpo, está compuesto por músculos, órganos, grasa, huesos, etc. No coloques como meta un peso determinado, porque el peso es relativo, asígnate un porcentaje de grasa meta, un buen número para hombres es desde 10 a 12 % y para mujeres de 15 a 17 %.

Debemos enteder que el músculo y la grasa tienen diferentes densidades, la misma cantidad en cuanto al peso de ambos ocupa un espacio diferente.

Cuando entrenamos con pesas vamos aumentando poco a poco la masa muscular y la grasa se va reduciendo, por eso la balanza no cambia mucho. El peso no es confiable, durante el día ese número varía por lo que comes, si has ido al baño o no, cantidad de agua que has tomado, si retuviste líquido, etc.
Dos personas pueden pesar y medir lo mismo y verse totalmente diferentes, la clave está en el porcentaje de grasa de ambas

Pesarte puede convertirse en una pesadilla, la báscula puede llegar a ser tu peor enemigo y saboteador. El entrenamiento con pesas engaña a la báscula, vas ganando masa muscular, tu metabolismo se acelera, quemas más calorías y vas perdiendo grasa, el número no cambia, pero tus medidas sí.

Para perder grasa debes hacer lo posible para acelerar el metabolismo, incluyendo proteína en cada comida, entrenando pesado, haciendo cardiovascular. 

Ganar masa muscular garantiza una quema de grasas mayor. Las mujeres no debemos temerle a este último beneficio, ya que no vamos a quedar con un cuerpo grueso y robusto como el de Arnold Schwarzenegger, pues no cuentan con la producción de las hormonas en cantidades necesarias para propiciar el crecimiento excesivo; y en el caso de ambos géneros, la grasa no se va a endurecer, haciéndola más difícil de quemar, ese es solamente un mito que la ciencia ha desmentido.



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